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La fuerza
y la pasión de la voz del cantante están impregnadas
de un gesto combatiente.
Su voz llena la sala sin ningún esfuerzo. Ardouin interpreta
fervientemente y por fortuna,
libre de Phatos, exageraciones o lugares comunes.
(Hildesheimer Allgemeine. Hildesheim, 24.06.99)
Las canciones
de Pablo Ardouin son de una autenticidad, que penetran en
lo más profundo del oyente. (Hildesheimer Allgemeine.
Hildesheim 17.06.97)
A quièn
se le habrá ocurrido presentar sobre ese monumental
escenario y más encima,
empezando el programa, a un solista? Una locura? Si, y què
locura! Porque Pablo Ardouin
conquistó al numeroso público con una voz impresionante
y una guitarra tocada brillantemente. Uno podría haberse
vuelto adicto ahí mismo.
(Flensburg Avis. Flensburg, 17.06.96)
Ardouin
posee realmente diez dedos agraciados y si fuera necesario,
tambièn 15.
Como toca este hombre la guitarra! Y para que decir de su
voz!
(Flensburg Avis. Flensburg, 30.12.96)
Sus composiciones
son multifacèticas, ajenas a acordes y esquemas convencionales.
Su poesía, metafórica, soñadora, fantasiosa.
Bajo la inspiración de Violeta Parra y
Victor Jara, los más conocidos representantes de la
Nueva Canción Chilena,
Ardouin ha evolucionado un estilo propio, valièndose
de la gama de raíces culturales de su tierra. (Frankfurter
Rundschau. Frankfurt, 19.01.93)
Ardouin
recuerda los paisajes y la gente conocida, explorada durante
sus
inquietos desplazamientos por la tierra.Imprime a sus obras
un sonido, un eco
de raiz, de siempre, una sensación que despierta ancestros
dormidos en algún oculto rinc
ón de la mente del receptor. El autor intuye la fuerza
y magnetismo de sus poemas-canción. (El Mercurio. Valparaíso,10.08
76)
Sus canciones
están inspiradas por personajes reales, que le ha tocado
conocer en sus
viajes a travès del país. En su repertorio se
juntan vivencias de todo tipo. Ardouin tiene
un don especial para captar el magnetismo de sus personajes,
los que sin mucha dificultad, traspasa al papel y la música.
(El Diario Color. Concepción, Chile, 29.08.76)
Pablo Ardouin cautivó al público que llenó
el Aula Magna el sábado último, ofreciendo
un recital en que rayaron a grán altura su vuelo poètico
y la calidad de su música
de raíces autóctonas. El artísta ha demostrado
una vez más, que es uno de los más sólidos
exponentes de la autèntica música popular en
nuestro medio.
(Diario Crónica. Concepción, Chile, 14.12.81)
Próximo a viajar al extranjero, el compositor
e intèrprete penquista hace un balance de su
vida artística, iniciada de muy joven. Epoca en que
se pasaba los días escuchando a
un viejo campesino. Mucha agua a corrido bajo los puentes,
pero aún continua en la recta
que considera justa, a pesar de los obstáculos y las
modas pasajeras: Con 16 años comienza la carrera musical
de Pablo Ardouin, cuando su padre le regala una guitarra.
Una carrera que para bièn o para mal, ha tenido el
mèrito de la legitimidad. Largos años tratando
de encontrar el código expresivo adecuado a las diversas
instancias históricas, de golpear puertas, de tocar
en los sitios más diversos, de sufrir la indiferencia
y creer de pronto que nada valía la pena, para enmerger
despuès con mayor fuerza. Su estilo desconcierta tanto
al público como a los críticos, habituados a
un tipo de canción pegajosa, reiterativa y facilista,
el polo opuesto de lo que Ardouin postula. "Tiempo en
que se necesita ser un poco bufón Ðmanifiesta Ardouin-hacer
circo antes del espectáculo, caer en tretas que arranquen
aplausos y complazcan a un auditorio que disfruta con las
melodías cantarinas y los nuevos trinos. Mis temas
son diferentes, son muy míos, hechos, paisajes, vivencias
y personajes que me han impactado y que vinculo con realidades
objetivas. El denominador común es el hombre y su destino"
(Diario El Sur, Gaceta del Domingo. Concepción, Chile,
1981)
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